Mañana la Argentina vivirá uno de los hechos políticos más importantes de su historia. Se votará en el Senado de la Nación el proyecto, que ya ganamos en Diputados, de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Se juega una gran batalla en la que podemos conquistar un derecho más para las mujeres. Y cuando las mujeres avanzamos, ningún hombre retrocede, pues la discusión es tan importante como profunda porque mueve los cimientos mismos de una sociedad dividida en clases que tiene a las mujeres oprimidas como parte del funcionamiento de este sistema.
Mucho se ha avanzado, y la reacción no demoró en aparecer. Son muchas las maniobras de los y las antiderechos, que tiene su expresión más clara en la presidenta del Senado Gabriela Michetti, como también los sectores clericales y conservadores de la Argentina. Aparecieron en el Senado formas ingeniosas de oponerse a la legalización del aborto sin decirlo explícitamente, como la aparición de un “proyecto alternativo”, encabezado por el Senador de Santa Fe, vocero de los grupos económicos concentrados de la provincia, Omar Perotti.
Mañana seremos millones en la calle que nos hicimos carne la campaña por el aborto legal seguro y gratuito. Con la necesidad de una ley que profundice además la política de Educación sexual para decidir y anticonceptivos para no abortar. La masividad del debate es indiscutiblemente positiva. Poner sobre la mesa un tema tan tabú como el aborto generó condiciones saludables para la sociedad en su conjunto, y para las mujeres en particular. Es una discusión que inevitablemente va sumando adhesiones a la “marea verde”, porque es una realidad innegable, tiene la fuerza de la juventud nacida en democracia, y contiene la rebeldía de las mujeres oprimidas desde hace miles de años.
Nuestras abuelas nos dieron el derecho al voto, nuestras madres al divorcio, y nosotras le dejaremos a nuestras hijas el derecho a decidir sobre su maternidad. Que sea ley! Aborto legal ya!